Huellas de la escultora mexicana Electa Arenal en Cuba
Por Hernán Bosch Carralero
Hace ya casi medio siglo, la pintora y escultora mexicana Electa Arenal Huerta dejó su huella en la pequeña y pintoresca ciudad cubana de Puerto Padre, en la oriental provincia de Las Tunas, a unos 700 kilómetros al este de La Habana.
La principal obra realizada por la artista en esta localidad fue el mural Canto a la Revolución, ubicado en la fachada del hospital Raymundo Castro, que fuera inaugurado el 17 de julio de 1962.
Se trata de una pieza confeccionada con hormigón armado, que muestra seis figuras humanas y unas palomas que simbolizan las luchas libertarias, el triunfo de la Revolución y la disposición de los cubanos de defender su patria.
Obra de gran formato, se encuentra en la fachada del hospital Raymundo Castro, en la avenida Máximo Gómez, y su realización tiene evidentes influencias del monumentalismo mexicano.
Artesanos locales colaboraron con Electa, quien también emplazó una de sus creaciones en el círculo infantil puertopadrense Antonio Barrera, titulada Niños del futuro, con el empleo de la misma técnica del gigantesco mural, pero de menor tamaño.
Electa Arenal siempre sintió una viva simpatía por la Revolución Cubana, y prueba de ello es que entre 1961 y 1967 se radicó en la Isla, específicamente en la oriental ciudad de Holguín, donde realizó una meritoria obra artística que aún perdura y forma parte importante del patrimonio cultural de esa localidad.
Allí emplazó varios murales con temática política, incluidos homenajes a héroes de la Revolución Cubana, que embellecen a la urbe holguinera, situada a unos 750 kilómetros al este de La Habana.
Controvertida por su desenfado ante la vida y forma de vestir en aquella época, la artista murió en 1969 en México, al caer accidentalmente de un andamio mientras pintaba a considerable altura junto al afamado artista mexicano David Alfaro Siqueiros, su tío político.
Más sobre la obra y vida de Electa Arenal en Cuba en Electa Arenal y Cuba: “un tiempo de amor recíproco” donde se estudia la obra mural que la artista mexicana Electa Arenal realizó en la Cuba posrevolucionaria de los primeros años de la década de 1960.
ELECTA ARENAL
(1935-1969) Ciudad de México
Extraordinaria escultora, muralista y poeta a quien, tristemente, la vida le dio poco tiempo para realizar su obra. Fue hija de la artista Elena Huerta. Como muralista se formó junto con su madre, a quien asistió en los frescos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro en 1951, y con Diego Rivera, con quien trabajó en los murales exteriores del Estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria y del Teatro Insurgentes entre 1952 y 1954. Como muralista independiente realizó obra en Cuba, animada por los ideales de la flamante revolución cubana. Entre 1961 y 1965 realizó una prolífica obra que incluye los murales escultóricos “Canto de la revolución” (1962), “Átomos y niños” (1963) y “Revolución cubana” (1965).
Fuente: tiempo21.cu / Artes de México