Plaza del Carmen
Por: Gilberto Rodríguez y Alina M. Lotti
Entre las 12 plazas y 18 plazuelas que integran el centro histórico de la ciudad de Camagüey, la Plaza del Carmen es uno de sus lugares más pintorescos.
En sus adoquinadas calles sobresalen las figuras escultóricas de la destacada artista de la plástica Martha Jiménez, confeccionadas en marmolina, que recrean personajes como el otrora vendedor de agua, el lector de periódico, las mujeres chismosas (habladoras) y la pareja de enamorados.
La Plaza es un espacio abierto, donde las palomas revolotean sobre todo en las tardes, escena similar a la que ocurre a diario en la Plaza de San Francisco de Asís, en el Centro Histórico de La Habana.
El surgimiento de la Plaza del Carmen se ubica en las primeras décadas del siglo XIX y en su entorno se destaca una variada arquitectura popular, con patios irregulares y fachadas sencillas y modestas.
Allí, bajo el apoyo del franciscano Padre Valencia, se edificó uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de Camagüey, integrado por el hospital de mujeres en 1823 (hoy espacio que ocupa la escuela primaria Martha Abreu), la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en 1825 (única de dos torres en la ciudad), y el Monasterio de las Ursulinas, inaugurado en 1829, dedicado a la enseñanza de niñas.
En 1997 comenzó el rescate de este Monasterio, uno de los monumentos coloniales más relevantes del Centro Histórico, con el fin de ubicar aquí la sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, lo cual ha contribuido a la preservación del patrimonio arquitectónico y a ejercer una influencia positiva en el ámbito social de este entorno tan peculiar.
En áreas de la Plaza también se lleva a cabo un proyecto sociocultural, integrado por un conjunto de arquitectos, ingenieros, sociólogos y líderes naturales de la comunidad, que perpetúan las tradiciones del lugar y coadyuvan a la conservación de sus valores patrimoniales.
Tomado de: http://www.trabajadores.cu
Foto: Wolfg