Malecón Habanero
El Malecón Habanero se encuentra en La Habana, capital de la Républica de Cuba, comprende una amplia avenida de seis carriles y un larguísimo muro que se extiende sobre toda la costa norte de la capital cubana a lo largo de ocho kilómetros.
El comienzo de su construcción se remonta a los inicios mismos del siglo XX, en 1901. Su construcción se fue realizando por etapas sucesivas y duro cerca de cincuenta años.
El primer trayecto 1901-1902 abarcó desde el paseo del Prado hasta la Calle Crespo. El segundo tramo 1902–1921 se extendía hasta el Monumento al Maine. El tercer tramo que duro hasta los años 30 terminaba en la Avenida de Los Presidentes, y el cuarto tramo y final 1948-1952 culminaba el malecón en la desembocadura del Río Almendares.
Importantes monumentos se alzan a lo largo de la avenida, como el del Generalísimo Máximo Gomez, el del mayor general Antonio Maceo y el del General Calixto García, además que importantes avenidas de la capital terminan desembocando en el malecón como la calle 23, la Avenida de los Presidentes y la Avenida Paseo.
Otros edificios y monumentos representativos de la capital también bordean todo lo largo de la avenida malecón, como el Castillo de la Real Fuerza de La Habana, el Castillo de San Salvador de la Punta, el Torreón de San Lázaro, la entrada al Túnel de La Habana, el Hotel Nacional, y el Torreón de la Chorrera.
Siete mil metros de un ancho muro de concreto convierten al malecón habanero en el lugar de encuentro más visitado de la capital cubana.
Para muchos, el sitio es considerado como un verdadero pulso de la ciudad, fiel reflejo de la vida de sus habitantes, sus amores, juegos, tristezas y encuentros, todo ello en un espacio de pocos miles de metros.